Opino que el inicio del consumo del alcohol está impulsado básicamente por la presión social de encajar y la obsesión que tenemos de adolescentes de dejar de hacer cosas de críos y sentirnos adultos. Nadie empieza a beber alcohol porque esté rico (excepto los mojitos, en mi caso personal, es la única bebida alcohólica que bebo, y solo una vez al año en la feria a modo de capricho, jaja).
Yo en aquella época adolescente, como autista aún sin diagnosticar, trataba de encajar, sí, pero no a cualquier precio. El sabor del alcohol me parecía asqueroso, el ruido y las luces en las discotecas algo infernal, ¿iba a pasar por todo eso solo para sentirme incluida en un grupo? Qué estúpido. Menos mal que la Nika del pasado tenía dos dedos de frente.
Y ojo al dato, en la ESO (entre 2000-2004) escuché rumores sobre mí de que era lesbiana porque "no salía a beber por ahí". Sí, suena absurdo, pero las neuronas de los bullies de mi instituto no daban para más.
Si la única forma que conocéis de divertiros es en base a cogeros un pedal, no voy a ir con la superioridad moral de "me dais pena", pero me preocupáis. No es sano ese modo de vida. Cuando yo era pequeña, mi padre se pasaba muchas noches en el bar, hasta que un día acabó pillando una hepatitis que casi lo deja en el sitio. Desde entonces le prohibieron el consumo de alcohol y lo cumple a rajatabla. Pero no creo que haya que esperar a pillar una hepatitis, una cirrosis o un coma etílico para dejar de beber alcohol. Tenemos que luchar contra esta cultura del alcohol como único modo de diversión en la adultez, y concienciar sobre un consumo moderado, además de concienciar de dejarnos en puto paz a los abstemios. Sí, vivimos bien sin alcohol en nuestra vida, gracias.